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Ya pasaron tres meses, promedio de tiempo que dura la licencia de maternidad, y has compartido con tu bebé momentos maravillosos para los dos, pero la necesidad de regresar a la oficina te genera uno de los dilemas más grandes que tendrás en la vida ¿Quién es la persona que cuidará de mi hijo como lo hago yo?

Te encuentras a un paso de enfrentar una de las tareas más difíciles de la vida y así tengas la suerte de contar con las abuelas, tías o alguien de mucha confianza, en quien confías a ojo cerrado, te es difícil hacerlo porque sabes que le estás entregando el tesoro más grande de tu vida. Entiendo perfectamente por lo que estás pasando y sabes que es inevitable.

Cuando tuve a mi bebé, no creía poder encontrar a alguien que hiciera las cosas como yo, estaba absolutamente enamorada de él y no quería dejarlo con nadie, no concebía que yo, que por tantos años había trabajado en el área educativa con niños en edad preescolar, ahora tuviera que dejar que otra persona se encargara de mi hijo y perderme de las sorpresas de cada etapa.

Me acuerdo que con lágrimas en los ojos, le dije a mi esposo que no quería volver al trabajo. En ese momento fue maravilloso y decidimos que esa era la mejor idea, hasta que se me presentó una gran oportunidad de trabajo y pensando en un mejor futuro, una hija universitaria y el nuevo bebé, decidimos ajustarnos, a pesar de lo difícil que era tomar esa decisión. ¿Cómo lo resolvimos? Buscando una cuidadora, la mejor que teníamos a nuestro alcance, porque confiábamos en ella.

Vas a encontrar varias alternativas, pero no me cabe la menor duda, que el mejor escenario es poder contar con tu mamá, con tu suegra, con tus cuñadas o tus hermanas, es un hermoso ramillete para escoger, que te permite tener un plan A, B o C. Lo importante, sea de la familia o no, es que te sientas segura con esa persona y que confías plenamente en que le dará el amor y el cuidado que tu hijo necesita recibir.

Llegó el momento de irte de nuevo a tus actividades que tuviste hasta el último momento que el embarazo te lo permitió. Poco a poco ganarás confianza, pero debes tener en cuenta algo y es que tu hijo empieza a compartir muchas cosas con otra persona, por eso te recomiendo tener en cuenta estos consejos, te ayudarán a vivir mejor este complejo proceso de distanciarte de tu pequeño, en caso que tu bebé vaya a ser cuidado por alguien de la familia.

  1. Los abuelos e incluso las tías están para malcriar. Con todo el amor del mundo se van a hacer cargo de tu bebé, ellos también están fascinados con el nuevo miembro de la familia, así que por lo menos al principio se van a pelear por quedarse con su tesorito. Pero al no ser su hijo, no tienen la responsabilidad de criarlo, están en otro momento de la vida y no van a asumir el papel que los ponga en el lugar de “ogros”. Bien decía en un babero que le regalaron a mi hijo cuando nació “If Mommy says no… ask Grandma Si mami dice no… pregúntale a la abuelita. Los cuidadores no son quienes criarán a tu hijo, esa labor es exclusiva de papá y mamá, ellos deben saber que son un apoyo y te ayudarán respetando algunos lineamientos que les des. 
  2. Ten en cuenta su tiempo y disponibilidad. Tu red de apoyo seguro no estará disponible todos los días, en todo momento; ten presente que también se enferman, tienen citas médicas, diligencias, reunión con amigos o simplemente tiempo para ellos mismos, así que procura no dejarle la responsabilidad a una sola persona, por ejemplo, se pueden turnar las abuelas los días de la semana; eso les va a ayudar a no saturarse y estar descansadas y con la mejor actitud para dedicarle a tu bebé.
  3. Sus casas no están adecuadas para un bebé. Si en la casa de la abuela o la tía no hay un bebé, pues no tendrán lo que necesitan para sus cuidados como: corral, juguetes, silla para comer, silla para el carro, etc. Dota el espacio lo mejor que puedas y hasta donde te lo permitan, pues de pronto no será tan cómodo para ellos “perder” espacio con las cosas del bebé.
  4. Dales ideas de cómo pasar el tiempo. Cuidar a un bebé va más allá de cambiarlo, alimentarlo y dormirlo, tal vez los primeros tres meses se centraban más en eso, pero incluso desde su nacimiento podemos estimularlo con diferentes actividades para que se entretenga y se desarrolle adecuadamente. Darle un plan del día al cuidador le va a dar ideas de qué cosas puede hacer con el bebé y el tiempo será provechoso y entretenido para los dos.
  5. No seas tan exigente. Tu familia te está haciendo un favor, lo hacen con todo su corazón y seguro lo mejor que está a su alcance. No les pidas cosas que vayan más allá de sus posibilidades ni te vuelvas “intensa” con que deban hacer las cosas exactamente como tú las haces, debes ser flexible, permíteles hacer las cosas a su manera, así va a ser más natural, dales pautas o sugerencias de lo que te funciona, pero déjalos improvisar, tal vez aprendas nuevos métodos. Sé que todo el día vas a estar pensando en tu bebé, está bien que llames periódicamente a preguntar cómo ha pasado el día pero no te excedas, confía en tu cuidador y no lo incomodes con llamadas cada media hora, vas a quitarle el tiempo que dedica a tu bebé.

Si estás pensando en dejar a tu bebé con un familiar o contratar una niñera, a continuación te doy las preguntas que debes hacer para elegir a la persona idónea que se quede con tu bebé.

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TIPS PARA SELECCIONAR AL CUIDADOR DE TU HIJO

  1. Condiciones físicas. ¿Tiene la energía y la condición para cuidar a un bebé? ¿Se va a “tirar al piso” a jugar? Por ejemplo mi mamá es un hit cuidando a mis hijos pero tiene artritis y es difícil para ella amarrarles los zapatos o bañarlos.
  2. Primeros auxilios. ¿Está capacitada o sabe cómo actuar en una emergencia? Los accidentes pueden pasar en cualquier momento y en compañía de cualquier persona, así que tanto tu como el cuidador deben estar preparados para cualquier situación que se pueda presentar con el bebé
  3. Estimulación adecuada y Juego. ¿El cuidador sabe cómo estimular a mi bebé? ¿Va a estar mi hijo frente a un televisor todo el día? ¿Sabe qué tipos de juego hacerle? ¿Lo va a sacar al parque?
  4. Confianza. ¿Conozco lo suficiente al cuidador? ¿Estoy segura de que mi bebé va a estar bien a su cuidado? ¿Se lo dejo “a ojo cerrado”?
  5. Nutrición. ¿Puedes estar tranquila de que tu bebé va a recibir la alimentación que necesita? ¿Va a respetar los horarios? ¿Sabe cómo preparar sus alimentos?
  6. Rutinas. ¿Respetará las rutinas de mi bebé? ¿Seguirá mis instrucciones? ¿Las rutinas que maneja con sus hijos están alineadas con las mías?
  7. Normas y límites. ¿Su manejo de normas y límites están alineados con los míos? ¿Es paciente? ¿Cómo manejará un “castigo”? ¿Conoce la disciplina con amor? ¿Cómo disciplina a sus hijos? ¿Cómo demuestra su autoridad?
  8. Dejar los pañales. ¿Cómo maneja el proceso de control de esfínteres? ¿Es respetuosa con los procesos de los niños? ¿Seguirá mis indicciones?
  9. Sexualidad. ¿Sabe cómo manejar el tema con los niños? ¿Está alineada con las decisiones de mi familia? ¿Qué tan abierta o cerrada está frente al tema?
  10. Química. ¿Tengo química con el cuidador? ¿El cuidador y mi bebé tienen química entre sí? ¿Me siento tranquila dejando a mi bebé con esa persona? ¿Estoy 100% segura de que está en las mejores manos?

Dejar a tu bebé con alguien más debe ser una decisión, no una opción, tómate el tiempo para elegir a la persona perfecta para tu bebé y tu familia, alguien que te genere confianza, seguridad y tranquilidad; ¡así que no te apresures!